Una raza con unos productos cuya calidad es incuestionable, que además por su carácter netamente extensivo contribuye a la conservación de un entorno natural y la fijación de población en los pueblos.
– ¿Cómo se perfila el futuro de la Raza Castellana? ¿tenéis previstos nuevos proyectos?Como en todo el ovino, el futuro no es muy halagüeño, debido sobre todo a la falta de relevo generacional. No se pone en entredicho la rentabilidad de las explotaciones, que es buena, pero es un trabajo que no atrae a los jóvenes. En cuanto a nuevos proyectos, estamos intentando valorizar la lana de nuestra raza, que tiene un valor textil apreciable, pero que ha ido quedando poco a poco en cero. Tampoco es un producto que se haya cuidado en España, e intentamos que nuestros ganaderos vuelvan a mirar la lana de sus ovejas.
– ¿Quiénes son vuestros principales aliados en el apoyo de la raza?
Por supuesto, los propios ganaderos, con iniciativas y proyectos de comercialización. Y también necesitamos a las administraciones locales, regionales y nacionales.
– Entrando a definir a la Raza Castellana. ¿Cuál es su morfológica y sus características productivas más destacadas?
Es una raza de tipo entrefino, de proporciones medias, con rebaños muy característicos de ovejas blancas y negras. Son animales fuertes, se adaptan a todo tipo de terrenos, aprovechando pastos, cultivos o destríos. Produce un lechazo excelente (I.G.P. Lechazo de Castilla y León), así como un cordero de gran calidad. Como cordero no puede competir en kilos con los merinos mejorados de carne, pero su bouquet es mucho más suave, y en el norte piden a los cebaderos corderos de esta raza. Tienen una buena fertilidad y prolificidad siempre que se lleve un ritmo productivo adecuado. Además, la leche también es una producción interesante, pero en los últimos años han ido despareciendo las explotaciones de ordeño a favor de las exclusivamente cárnicas.
Comentarios recientes