La asociación de Raza Lebrijana cuenta con pocos años de historia, pero en este tiempo transcurrido han demostrado su capacidad de esfuerzo y sacrificio por una raza de enorme rusticidad y capacidad de adaptación. Agradecen la ayuda de la Diputación de Sevilla y Córboda por conservar esta raza.

Este año estamos muy orgullosos de nuestro hermanamiento con esta raza tan especial. 

«Los censos de esta raza siguen siendo sumamente preocupantes, pero el inicio de un nuevo período de la PAC y el esfuerzo de los criadores ha posibilitado que los censos se hayan casi duplicado»

¿Qué potenciáis y defendéis en vuestra Asociación?

El fin principal de la Asociación es la conservación de la raza Churra Lebrijana. Aunque la Asociación se funda en 2018, no es hasta 2020 cuando empezamos a trabajar. En estos primeros años, nuestro objetivo ha sido realizar un control de la pequeña población de la que disponemos y poder sobrevivir en términos económicos para poder afrontar el año siguiente, dado que partíamos sin ningún tipo de capital inicial y ni siquiera podíamos obtener subvenciones si antes no realizábamos el gasto. Si todo va bien, este año 2023 seremos autosuficientes a través de las cuotas de los asociados que han realizado un enorme esfuerzo.

Pasada esa etapa, queremos experimentar con posibles usos de los productos de esta raza, como la carne y la lana o su capacidad de control vegetal en territorios que no tienen valor para la agricultura o la ganadería intensiva. Estamos trabajando en incorporar más ganaderos para poder dispersar un poco la población y no correr el riesgo de que un problema sanitario, por ejemplo, provoque pérdidas inasumibles en una población ya de por sí muy disminuida.

¿En qué situación se encuentra ese encuentra la Raza? ¿Sigue en peligro de extinción como se apunta en 2019?

Los censos de esta raza siguen siendo sumamente preocupantes, pero el inicio de un nuevo período de la PAC y el esfuerzo de los criadores ha posibilitado que los censos se hayan casi duplicado. La raza ya ha sobrepasado los 700 animales. Aún así, la mayoría de los animales provienen de un mismo grupo poblacional reducido y debemos cuidar al extremo el incremento de consanguinidad, siendo uno de los retos en un futuro próximo.

¿Cuáles son las características más destacadas de esta Raza tan especial que puede presumir de pastorear en las Marismas de Doñana?

Lo más destacable de la raza es su enorme rusticidad y capacidad de adaptación. El rebaño de la Diputación de Sevilla que ha permitido que la raza sobreviviera se ha explotado en un sistema de Dehesa en la Sierra de Cazalla, pero también, a día de hoy, disponemos de un importante grupo de población en pleno corazón de Doñana.

¿Nuevos proyectos de futuro? ¿Quiénes os respaldan en este proyecto?

Como ya apuntaba anteriormente, uno de los siguientes pasos es comenzar a trabajar en la limitada producción de esta raza. No esperamos resultados espectaculares, pero dada la situación en la que se encontraba hasta hace unos años, dependiendo completamente de un rebaño de la Administración, cualquier cosa que se haga por ella será beneficiosa.

Sin lugar a duda, todas estas tareas no hubieran podido desarrollarse sin el apoyo de diferentes Administraciones. En primer lugar, de la Diputación de Sevilla que ha conservado la raza hasta la actualidad y sigue manteniendo el rebaño más importante. Por otro lado, la Diputación de Córdoba, que también lleva años volcada en la recuperación de la raza con un pequeño rebaño, pero que ha permitido iniciar un proyecto fundamental en cualquier raza, más en una amenazada: el banco de germoplasma, contado actualmente con dosis congeladas en el Banco Nacional. Esperamos que este proyecto siga creciendo en los próximos años. También la Consejería de Agricultura de Andalucía ha trabajado mucho por la raza, a través del apoyo previo a que se formara un Asociación que pusiera en marcha el Programa de Cría y cada año, a través de las subvenciones que permiten asumir gran parte de los costes de la gestión del mismo.

Por último, quiero destacar la labor de los ganaderos que están manteniendo una raza que conlleva más inversión que rendimiento y que finalmente depende de ellos para su conservación a largo plazo.